Definiremos la energía solar térmica como el aprovechamiento de la energía del Sol para generar calor mediante el uso de colectores o paneles solares térmicos. Esta energía solar se encarga de calentar el agua u otro tipo de fluidos a temperaturas que podrán oscilar entre 40º y 50º, no debiendo superar los 80º. Esta agua caliente se podrá usar posteriormente para cocinar o para la producción de agua caliente destinada al consumo de agua doméstico, ya sea agua caliente sanitaria, calefacción, o para producción de energía mecánica y a partir de ella, de energía eléctrica.


Su utilización, supone la disminución del consumo de energía primaria y de emisiones de CO2 correspondientes a la fuente energética a la que sustituye y que abastece dichas demandas. Supone por tanto, la mejora de la eficiencia energética de los edificios, industrias, etc. donde la energía solar térmica se incorpora.


La tecnología solar térmica es una tecnología madura que ha experimentado una considerable implementación en el sector de la edificación durante los últimos años. El actual desarrollo tecnológico y la alta fiabilidad de las instalaciones solares permiten que éstas sean integradas fácilmente en edificios e industrias. La tecnología actual permite que las instalaciones solares térmicas precisen de un mantenimiento mínimo y dispongan de sistemas de control para su seguimiento remoto, ofreciendo así todas las garantías en materia de seguridad y comodidad de uso.